Desde que el hombre alzó la vista por primera vez, y vio
puntos brillantes en el firmamento, ha deseado tocarlos, verlos de cercas,
conocerlos en profundidad. Si bien
sentimos cierto interés y atracción por la Luna, nuestro satélite en órbita, no
es menor el sentimiento por nuestro planeta vecino Marte.
Son mucho los experimentos que se han planteado para
demostrar o al menos comprobar si en este planeta puede haber o ha habido vida (inteligente
o no, ya se verá) Se han mandado complejos instrumentos para la recogida de
muestras, y para poder estudiar la superficie.
Pues bien, parece que la superficie de Marte es muy similar
a un desierto que hay en nuestro planeta, el desierto más árido de todos, el
desierto del Atacama. Este desierto se
sitúa en el norte de Chile y pueden pasar más de 40 años de unas lluvias a
otras.
Este fenómeno de sequía condiciona enormemente la vida, pues
a simple vista parece un paisaje inerte, no esperamos encontrar plantas, ni
grandes animales, aunque alguna, cerca de la costa sí que hay, gracias a la
neblina que produce el océano.
Pero si hay vida, vida microscópica, en esta región podemos encontrara
organismos Extremofilos, es decir, organismos que viven en condiciones
Extremas, en este caso condiciones extremas de sequia. Bacterias y microorganismos que viven dentro
de la piedra, formando sus colonias más o menos complejas, pero vida en todo
caso. Las bacterias que se han encontrado son Arqueas, es decir bacterias
primitivas, y que no necesitan luz ni oxígeno para vivir, viven en un capa de
sal y minerales, que las sustentan.
Pero esto ¿Qué tiene que ver con Marte?
Pues bien en Marte se sabe que hay depósitos salinos y que
ha habido agua que ahora mismo está cristalizada, lo que da esperanza a los
científicos de encontrar vida en el planeta.
Sin ir más lejos, el hallazgo fue hecho con tecnología que podría incluirse en futuras misiones al planeta rojo. Se trata de un instrumento llamado Signs of Life Detector.
Este aparato detecta hasta 450 anticuerpos presentes en bacterias, o pequeños rastros de moléculas, azúcares e incluso ADN.
Los expertos esperan ahora profundizar el estudio de los microorganismos, que en este momentos se encuentran en los laboratorios de la UCN y del Centro de Astrobiología de España.
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